viernes, 21 de agosto de 2009

Javier Cámara

El actor Javier Cámara nos contó sobre sus 5 películas:

LA AVENTURA DEL POSEIDON (Ronald Neame, 1972)

Yo era un niño y fue la primera película que vi en el cine de mi pueblo que ya no existe. Era un programa doble, porque Sabina tocaba solo su guitarra en el escenario y después echaban la película. Mi hermana solo tenía ojos para Sabina y yo tras la película tuve que volver solo a casa. (seguro que mezclo todo, pero son recuerdos de niño, ¿vale?)

PANICO EN EL TRANSIBERIANO (Eugenio Martín, 1973)

Estaba estudiando con los padres salvatorianos en Logroño. Nos mantenían a raya poniéndonos películas de terror. Al volver a las habitaciones uno de los chicos se puso dos linternas en los ojos a modo de monstruo de ojos rojos, protagonista asesino de la película.

Caí al suelo y fue la primera vez que pensé que iba a morir de verdad. Veía todo a cámara lenta, mi corazón se apagaba, mis ojos se cerraban y las carcajadas de mis compañeros me parecían gestos terroríficos. Odio las películas de terror.

LA GUERRA DE LAS GALAXIAS (George Lucas, 1977)

Mi tía Pepa cumplía semanalmente el rito de llevarnos al cine. Pero ese dia era especial, había sido un largo y esperado día de cine y como mi abuela vivía en frente del cine Sahor de Logroño nos pusimos los primeros en la cola unas cuatro horas antes.

Nunca vi tanta gente en el cine, tanta expectación, nunca vi tantas lágrimas mías y de alguno de mis primos ante los abusivos empujones y amenazas de los mayores de 15 que nos amedrentaban. Pero allí estaba mi tía. Esa película me hizo soñar. Pensé que esos mundos existían de verdad y jugamos durante años a creernos Luke y Han y Leia, y sí... Chebaka

LA LEY DEL DESEO (Pedro Almodóvar, 1986)

Mi padre madrugaba mucho, era agricultor, pero amaba quedarse dormido en el sofá rodeado de sus hijos, éramos una especie de familia Simpson. Yo era adolescente nada prematuro. Mi madre acabó de fregar, recuerdo que era verano y mi hermana mayor ya se había casado, por lo que estábamos mas holgados en el sofá. Mis padres nunca nos educaron sexualmente, en los pueblos no hace falta, lo encuentras rápido, sobretodo repito que era verano.

No soltamos ni un suspiro, mi padre no se durmió, todos permanecimos callados viendo esa historia tan lejana de un Madrid que parecía estar en el planeta de la guerra de las galaxias, pero hablaban nuestro idioma y el calor de Madrid era el mismo que estábamos sufriendo en Albelda de Iregua añadido que el sofá era de sky. Esa película me marcó, por su libertad, por su arrojo, porque fue la primera que vimos en silencio en casa.

EVA AL DESNUDO (Joseph L. Mankiewicz 1950)

Tras un principio de terror barato me tengo que poner pelín intenso y recordar esta película. Tras mi paso de acomodador en el teatro Fígaro entré de camarero en la filmoteca del cine Doré y me vi, en la terraza de verano, todo Fritz Lang, Lubisth y Mankiewicz. Una lección de humildad para el eterno estudiante de teatro que se cree parte de la nueva revolución que cambiará el sino del futuro arte escénico.

¡Viva el subtítulo! Bette Davis rezumaba alcohol y desdén y miedo por los cuatro costados. Yo ya había visto lo duro del teatro como acomodador pero esta película era una declaración de intenciones de cuán terrible puede ser lo creativo. Ahí estamos todos representados, los que hacen y los que callan, los que quieren subir y los que inevitablemente bajarán, la genialidad y el fracaso, lo divino y lo asqueroso. La vida en imágenes, en blanco y negro y con tabaco.

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