domingo, 1 de mayo de 2011

Un pueblo que ama el teatro, Albelda

Publicado en "larioja.com" 01/05/2011 INMACULADA ORTEGA

Les aseguro que no es casualidad que Javier Cámara sea de Albelda de Iregua. Lo vengo comprobando desde hace unos años y acabo de tener la fortuna de disfrutarlo.

Hace tiempo que funciona en el pueblo un grupo de teatro de aficionados llamado 'Tejado de cera'. Jóvenes y mayores que en sus ratos libres eligen un texto, lo ensayan durante meses y lo dan a conocer a sus vecinos en dos sesiones de fin de semana haciéndoles disfrutar y mucho de la magia que el teatro ha tenido y sigue teniendo para la gente sencilla, la gente del pueblo.

Este año ha sido Casona, con la obra 'Los siete balcones'. Otros años ha habido textos más complicados. Siempre han gozado del favor del público que asiste con auténtica pasión y respeto a la sala donde se representa, en el Ayuntamiento, que se queda pequeña.

Dotados de una inclinación natural al teatro que han cuidado durante generaciones, este año les ha tocado subirse al escenario a magníficos actores y actrices como Asun, Quique, Pepe, Lourdes, Sergio y Noelia entre los veteranos, Aroa, Adrián, Ganeko y Laida entre los más jóvenes y Valentín, de origen latino, un albeldense más. Todos ellos herederos de otros que en esta ocasión no han encontrado hueco en el texto, pero que están deseando que otra nueva aventura teatral se abra paso, para formar parte de ella, dirigidos siempre por la acertada mano de Ángel. A ellos se añaden amigos que apuntan, acomodan a la gente, o hacen las funciones técnicas o los decorados. Siempre con dos objetivos, el entretenimiento de los vecinos y la solidaridad, en este caso la construcción de la nueva iglesia.

Albelda es un pueblo que ama profundamente el teatro. Sus vecinos lo viven con la pasión de lo auténtico y nos hacen disfrutar a todos los que tenemos la suerte de verlo. No se lo pierdan cuando tengan ocasión.

viernes, 22 de abril de 2011

Carlos Coloma iniciará el domingo en Sudáfrica la Copa del Mundo.


El corredor riojano Carlos Coloma iniciará el domingo en Sudáfrica la Copa del Mundo de Bicicleta de Montaña con la obligación de conseguir un buen puesto, dado que este año se decidirán las plazas para los próximos Juegos Olímpicos.

El corredor riojano acabó la temporada pasada a su mejor nivel, entre los diez primeros del Mundial y con buenas actuaciones en la Copa del Mundo.

En pretemporada ha ofrecido un buen rendimiento, sobre todo porque ha estado prácticamente al mismo nivel que su compañero de equipo desde este verano, Sergio Mantecón, el segundo de España en las últimas temporadas.

De hecho, Mantecón será, desde el domingo, a la vez, el principal aliado del riojano, dado que comparten equipo, y uno de sus mayores rivales por una plaza olímpica, algo que no se decidirá hasta final de temporada, aunque todos los resultados del año, desde el de esta semana, serán importantes.

El corredor riojano conoce el circuito desde el año pasado, cuando también se disputó allí la Copa del Mundo; y ha realizado la mayor parte de su pretemporada en Sudáfrica, por lo que está perfectamente aclimatado a las condiciones que se encontrará.

"Estoy muy motivado y tanto Sergio como yo tenemos muchas ganas de ver el verdadero nivel al que estamos", ha explicado Coloma, en referencia a su compañero de equipo, con el que ha realizado la mayor parte de la pretemporada.

Cree que llega a esta cita "en buena forma porque he entrenado duro para ello" y reconoce que se siente "obligado a ser ambicioso desde el principio".

Este verano, explica, ha cambiado su forma de preparación y la "mentalidad" para "demostrar que puedo estar al máximo nivel, por lo menos entre los diez primeros".

Porque desde ahora mismo es consciente de que "el trasfondo de toda esta temporada es Londres 2012, ya que posiblemente en mayo se decidirá quien representará a España y quiero ser uno de ellos".

Coloma, que ya disputó los Juegos de Pekín, admite que, salvo sorpresa, el primer corredor de España será José Antonio Hermida -uno de los primeros del mundo- y si el equipo nacional tiene tres plazas, "el objetivo que nos hemos marcado es que sean para Sergio y para mí", por lo que "desde ahora mismo se han terminado las medias tintas y hay que ir a tope".

jueves, 31 de marzo de 2011

Javier Cámara - Para qué sirve un oso.


Javier Cámara (Albelda de Iregua, La Rioja, 1967) vuelve al campo. ‘Para qué sirve un oso’, el alegato medio ambientalista de Tom Fernández, hace regresar al la naturaleza al cómico que encandiló al público junta a Carmen Machi en ‘Qué se mueran los feos’. En esta ocasión le acompaña Gonzalo de Castro, para demostrar que la conexiones de ‘7 vidas’ siguen dando sus frutos.

-¿Para qué sirve un oso?
-Sería fácil responder que para comer madroños, pero imagino que el director, Tom Fernández, quería señalar la tarea tan importante de conservación de nuestros espacios verdes y al cuidado de la naturaleza. Digo yo…. entiéndelo, el chico es de Asturias y allí se lo están currando. Por otra parte él ama los animales y nos ha enseñado a hacerlo.

-¿Tienes alguna anécdota curiosa de la relación con el oso de la película?
-¡El oso fue un profesional! Lo hizo mejor que nosotros. Vino, triunfó, se comió unas salchichas y se fue. Lo más anecdótico fue que el señor director le metió el brazo en la boca Sí, es un poquito kamikaze... ah, por cierto, ¡al oso no le gustaba la miel!

-¿Y le gustaba Internet? Con la que hay montada entorno al cine español y la red… ¿Tu cómo lo ves, es un problema o una solución?
-No es un problema. Es un lugar inmenso que a veces da miedo por su descontrol, pero que también es altamente divulgativo. Además todo cambia muy deprisa y ahora hasta hay gente que ve películas en un móvil. Llámame clásico o corto de vista, pero yo no podría. El cine fue un invento maravilloso del siglo XX, y ahora tiene que hacerse hueco entre tanta oferta y medios aparentemente enemigos… Debe aclimatarse, pero creo que aún le queda una larga vida, sobre todo por la cantidad de talento que genera.

-¿Qué les dirías a las personas empeñadas en cuantificar la calidad del cine, especialmente el español, por su recaudación de taquilla?
-Últimamente estoy un poco reñido con la cantidad de lugares comunes en los que caemos. El del cine español es uno de ellos. No tengo nada que decirles a las personas que son críticas con el cine español. Intentaré hacer mejor mi trabajo para que se acerquen y disfruten.

-¿Y una política de austeridad en la industria qué te parecería? El teatro mueve mucho menos capital y no por ello es una arte menor.
-El teatro y el cine son completamente diferentes. !Claro que mueve menos capital! Una película necesita de mucha gente y más dinero que la mayoría de producciones de teatro. Cada uno tiene sus pros y sus contras. ¿Política de austeridad? No lo sé, no dispongo de datos... A veces creo que se estrenan cintas que pasan una semana en cartel y no tienes ni oportunidad de verlas. Debemos seguir mejorando en cómo hacer y cómo vender nuestro trabajo. No sólo hace falta dinero.

-¿La gente tiene cosas más urgentes de las que preocuparse y se ha olvidado de los temas medioambientales?
-Llevas razón... hasta lo de Japón. Esos terremotos parece que van a cambiar los acontecimientos. El movimiento ecologista ayuda a reflexionar sobre tantos desmanes que se cometen y en muchos casos necesarios pasan a la acción. Es bueno que estén representados en el Gobierno. Aún así, yo defiendo en la película el espíritu del científico proteccionista James Lovelock que apoyaba el uso de la energía nuclear al menos hasta que haya otra mejor y, sobre todo, más sana con la que seguir avanzando en este loco mundo que depende tanto de ella. Y el dice que todavía falta tiempo para conseguir esa energía limpia, pero que se está en el camino.
-Alejandro (el personaje encarnado por Gonzalo de Castro) y Guillermo son casi dos eremitas. Sin embargo dan algo de envidia, ajenos al mundanal ruido.
-Pobrecitos. Son seres perdidos que solo se encuentran a si mismos en la soledad de una montaña o en los hielos eternos de la Antártida. Son tal para cual. Defienden a los osos pero no saben relacionarse con las personas. Es una de las paradojas del filme.